Todo lo que necesitas saber para explorar el Desierto de Atacama
Ubicado en el extremo norte de Chile, el desierto de Atacama abarca una estrecha franja de 180 km de ancho por 1,600 km de norte a sur. Al oeste tiene el Océano Pacífico; al este lo bordea un cordón volcánico de la Cordillera de los Andes, cuya altitud oscila entre los 4,500 y 6,000 msnm y en donde destacan los volcanes Licancabur, Lascar y Sairecabur, todos escalables.
Aquí se encuentre también la zona del altiplano, un macizo que se eleva entre volcanes y que une las fronteras de Chile, Argentina, Perú y Bolivia. Todo esto lo convierte en una zona de paisajes fuera de serie, ideal para excursiones de safari fotográfico y para admirar el universo de noche.
El oasis de San Pedro de Atacama se alimenta de las aguas de los ríos San Pedro y Vilama, que nacen en la montaña de la unión de distintos afluentes. Es por eso que, a pesar de ser el desierto no-polar más árido del planeta, encuentras zonas llenas de vida, con gran diversidad de flora y fauna, como flamingos y vicuñas, por mencionar algunos.
La base perfecta para descubrir la zona será Explora, un hotel que —junto con su equipo de guías expertos— está diseñado para unir al hombre con el espacio temporal que lo rodea y los misterios que la naturaleza esconde.
Explora Atacama
A pie, en bicicleta o a caballo, las más de 40 exploraciones de Explora Atacama sitúan a cualquier viajero en las riquezas culturales y naturales de este fascinante territorio.
Para quienes buscan más actividad, opten por alguno de los ascensos de alta montaña. Entre las opciones están dos cerros y cuatro volcanes que superan los 5,000 msnm.
Cualquiera que sea la intensidad que elijas, recuerda que el día siempre puede terminar mágicamente en el observatorio, la alberca o el spa.
Día 1: Bienvenida al desierto
Una bienvenida al paisaje y la arquitectura de la zona. Sales a caballo hacia el sur y rumbo a la Cordillera de los Andes cruzas el río Vilama hasta llegar a la comunidad de Solor. Luego de recorrer sus calles amuralladas y conocer una de las agriculturas más desarrolladas del oasis de Atacama, sales a la pampa para volver.
Día 2: Petroglifos y un oasis
Sales en bicicleta hacia el valle de Catarpe y tomas un antiguo camino de tierra que sube hacia la Cordillera de la Sal. Pedaleas a través de un túnel histórico para luego disfrutar de un descenso que cruza lechos de ríos secos y conduce a la Piedra de la Coca, un área de petroglifos. El regreso es por el espectacular valle de Marte.
Día 3: Géiseres y flamencos
Visita los géiseres del Tatio, un campo geotérmico a 4,300 msnm con más de 80 fuentes de agua en ebullición. En el trayecto verás gran parte de la maravillosa fauna altiplánica: vicuñas, flamencos y zorros, entre otros. La caminata sucede en la reserva con vistas a la Cordillera de los Andes y a las fuentes de agua caliente desde donde emana el vapor.
Día 4: Volcán Saciel
Viajas dos horas en van para llegar a una mina de azufre ubicada entre Bolivia y Chile, en los pliegues del volcán Sairecabur. El ascenso comienza por un empinado sendero rocoso que termina dos horas después al borde del cráter del volcán Saciel y en la cumbre con vista del interior del cráter. Una exploración para los más intrépidos.
Día 5: Paisajes a caballo
Sales en dirección a la Cordillera de la Sal. En el camino, atraviesas el río San Pedro y cruzas dunas con una vista panorámica de Los Andes y el oasis. Luego entras al Valle de los Dinosaurios para retomar la pampa que te lleva de vuela.
Día 6: Termas naturales
Sales en van hacia Guatin, un pequeño poblado de pastores. Asciendes caminando al borde de la quebrada del río Puritama. Bordeas la quebrada y desciendes al río, al nacimiento de las Termas de Puritama. Ahí puedes disfrutar de las ocho piscinas, cada una más caliente que la anterior. El recorrido tiene matices arqueológicos y antropológicos, además te permite conocer la flora y la fauna de la zona.
Cómo llegar:
Haces conexión en Santiago de Chile a Calama (2 horas), donde te recoge un auto para un tramo de una hora hasta el hotel