San Miguel de Allende en seis pasos
Por su balance perfecto entre cultura, aventura y relajación, San Miguel de Allende es «el» destino para viajar en familia. Acá los mejores tips para disfrutar de esta ciudad —que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco— y sus alrededores.
Por Brenda Béjar
1. Duerme en un lugar con historia
Un edificio principal y cuatro mansiones coloniales completamente restauradas —incluyendo construcciones de los siglo XVI al XVII— se conectan entre sí a través de patios, fuentes, jardines y arcos de piedra para crear el Belmond Casa de Sierra Nevada, un hotel de lujo como ningún otro. Lo mejor: además de tener tranquilidad en el interior, y contar con increíbles espacios de bienestar, como el Laja Spa, el hotel está ubicado en pleno corazón de la ciudad, por lo que basta con cruzar una puerta para pasar del retiro al bullicio. Una vez hospedado aquí, es indispensable darse una vuelta por Sazón, la escuela de cocina y boutique, donde puedes ampliar tu repertorio culinario —en cuanto a recetas mexicanas se refiere— de la mano del talentoso jefe de cocina del hotel y su equipo.
2. Descubre los sabores locales
San Miguel es un referente en el ámbito gastronómico: siempre a la vanguardia pero sin dejar de lado la oferta local. Las enchiladas mineras, elaboradas con tortillas fritas, queso o pollo y bañadas en salsa de chile guajillo son imperdibles; y también el fiambre, una exótica mezcla de carnes, frutas y verduras. Estos y otros platillos con toques nacionales los puedes encontrar en el Mercado Ignacio Ramírez y en restaurantes más tradicionales, como lo son El Correo y Hecho en México.
Para una propuesta más moderna, pero con ingredientes de la región, no te pierdas el restaurante Áperi, comandando por el reconocido chef Matteo Salas y ubicado dentro del hotel boutique Dos Casas; o el Moxi, alta gastronomía mexicana directita del recetario de Enrique Olvera. Pero si lo que quieres es sentir la influencia foránea —evidente en este Pueblo Mágico— tienes que probar las delicias de Cumpanio, una panadería y repostería al más puro estilo europeo que es ideal para desayunar; La Parada, una cevichería peruana en una terraza al aire libre; o The Restaurant, una cocina estilo fusión que sorprende hasta al paladar más paseado.
3. Piérdete en La Aurora
Artesanías hay en todo México, pero no con el toque creativo y glamuroso de las de San Miguel de Allende, una ciudad que recibe influencia constante de artistas de todas partes del mundo, por lo que las disciplinas se han fusionado de forma bastante interesante.
Tal es el caso de Fábrica La Aurora, un centro de arte y diseño que está ubicado en lo que era una vieja fábrica textil. Vale la pena guardar una tarde para pasarla zigzagueando entre sus tiendas, la curaduría —tanto las de artesanías como las de antigüedades— es muy rica. Además, puedes conocer a artistas que abren sus estudios al público y galerías de arte.
4. Despierta al artista
Si quieres poner esas manos —y manitas— a trabajar, no hace falta más que levantar el teléfono y agendar una visita en Barro.Co Clay Studio, un taller de escultura en cerámica creado por una de esas parejas de película que, cansadas de la vida de ciudad, encontraron en San Miguel de Allende un lugar para vivir del amor y del arte, y del amor al arte.
Aprende a utilizar distintas técnicas de construcción, decoración y pigmentos para crear tus propias esculturas. El taller es profesional y la clase es una actividad divertida para hacer en familia. Aunque la mayoría tiene horario regular y varias sesiones, puedes concretar lecciones privadas con previa cita. El costo es de aproximadamente 25 dólares por persona.
5. Opta por algo más aventurero
¿No son vacaciones si no pones esos corazones a latir? Entonces necesitas de la ayuda de TASMA (Tierra Adentro San Miguel de Allende), expertos en crear aventuras que mezclan adrenalina, natu- raleza e historia. La actividad estrella se hace en cuatrimotos individuales o dobles. El recorrido traza la Ruta de la Plata, una parte del Camino Real que, durante la era del virreinato, recorrían las caravanas que iban de la Ciudad de México a Zacatecas.
Además, este tour —que atraviesa los principales monumentos de San Miguel de Allende y los distintos ecosistemas de sus alrededores— fue diseñado por Arturo Morales Tirado, experto en promoción natural y cultural del país y Premio Nacional de Turismo.
Si las cuatrimotos no son lo tuyo, también organizan cabalgatas, tirolesa, rappel, montañismo y hasta paseos en globo.
6. Descubre su lado verde
A tan sólo 15 minutos de San Miguel de Allende se encuentra una de las reservas naturales más interesantes del país en cuanto a flora del desierto se refiere: El Charco del Ingenio, un jardín botánico que alberga una impresionante colección de cactus, suculentas y otras especies raras o en peligro de extinción.
Este paseo es ideal para desconectarse, disfrutar de la naturaleza y hasta recitar unos cuantos «om mani padme hum». De hecho, en su visita por México en 2005, el Dalái Lama proclamó cinco zonas de paz en México, ésta fue una de ellas.
Si estás planeando ir, es bueno saber que algunos días de la semana hay transporte gratuito. Puedes encontrar la camioneta por la mañana en la calle de Mesones, frente a la Plaza Cívica. La recomendación es subir en coche y bajar caminando para aprovechar las vistas y practicar un poco de senderismo.