¿Cuáles son las variedades de vino blanco y sus diferencias?
Aunque existe casi una veintena de cepas de uva blanca, la mayoría de las copas del mundo brindan con vinos producidos por estas cuatro varietales europeas. Conocer sus rasgos, diferencias y aplicaciones es indispensable para saber cuál llevar a la mesa.
Chardonnay
La tierra de origen de esta uva es Borgoña, Francia, aunque se puede encontrar cultivada en casi todas las regiones vitivinícolas del mundo. Lo anterior también es muestra de la versatilidad que pueden adquirir los vinos con chardonnay, cuyo sabor y carácter dependerán, en buena medida, del clima, el terruño y la barrica. Para ejemplificar su adaptabilidad basta con comprobar un vino elaborado en Europa con otro del Nuevo Mundo: el primero tenderá a ser ligero y delicado, producto de las bajas temperaturas, mientras que el americano poseerá un cuerpo robusto y profundidad.
Aún así, las notas aromáticas que suele tener van de los cítricos y las manzanas hasta las mantequillas.
Sauvignon blanc
Procedente de Burdeos, al occidente de Francia, esta uva de tonos verdosos también fructifica con éxito en otras latitudes, como es el caso de Italia, España, Australia y Estados Unidos. A diferencia de la chardonnay, los extremos climáticos alteran mucho más el comportamiento de la sauvignon blanc: si fue plantada en Europa producirá un vino herbal con notas ácidas, pero si lo fue en regiones más cálidas será propensa a sabores de fruta tropical, como el mango o el melón.
Debido a su acidez y cuerpo ligero, los sauvignon blanc franceses son excelentes acompañamientos de ensaladas, aves y pescados, especialmente si sirve a baja temperatura.
Riesling
La primera característica notoria de la riesling es su aspecto pálido y amarillento, muy diferente a otras uvas blancas con pieles verde encendido. Su origen: Alemania, particularmente los campos de Pfalz, Rheinegau y Mosela, al oeste del país. Debido a su cercanía geográfica e histórica, la región francesa de Alsacia también es territorio tradicional para esta uva, aunque en definitiva es la cepa germana por excelencia.
Es muy valorada por los enólogos porque suele expresar muy bien el terreno donde fue sembrada, dando como resultado vinos florales, profundos y afrutados que resisten bien el paso del tiempo en barrica. Por su complejidad y poco alcohol, marida bien con carnes blancas, postres e incluso comida picante.
Chenin blanc
Otra emblemática uva francesa, de cuyo cultivo se tiene registro desde el siglo IX, en pleno oscurantismo medieval. Su zona de procedencia es el fértil y renombrado Valle del Loira, al centro del país galo, sin embargo, es Sudáfrica el mayor productor de esta uva, con una extensión de hectáreas cultivadas que duplica las de Francia. Es la favorita de muchas bodegas para producir vinos espumosos, pues suele florecer temprano y dar notas ácidas o semi-secas, perfectas para las variedades con burbuja. Su abanico aromático y gustativo es amplísimo: puede otorgar notas dulces —como a frutas tropicales— o matices minerales que se llevan con ensaladas, aves, sopas y platillos de cocina oriental.