24 horas en Boloña

Las ciudades estudiantiles suelen ser encantadoras por su vibra bohemia y artística, y qué mejor combinación si todo esto se acompaña de una excelente oferta gastronómica, cultural y arquitectónica. A media hora en tren de Florencia, escápate de tu viaje para descubrir la ciudad de los pórticos y las iglesias.

 Por la mañana

Termina de despertar en Caffè Terzi con un expreso y un pan antes de recorrer el centro de la ciudad. Comienza por la Torre degli Asinelli: construida en el siglo XII, es el mirador perfecto para ver la ciudad desde las alturas. Después camina hasta la Piazza Maggiore para descubrir de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como el Palacio de Acursio, la Fuente de Neptuno, y la Basílica de San Petronio, cuya fachada está incompleta.
Termina de regreso en la plaza para perderte entre las verduras, los cafés y los delis del Quadrilatero, un pequeño bloque con mucho encanto. Parte de la magia de Boloña es recorrer sus pórticos y calles sin rumbo.

A mediodía

Concurrido sobre todo por locales, Osteria dell’Orsa es uno de esos restaurantes que dan la sensación de estar en casa de la abuela italiana que nunca tuviste. Vete por lo más simple: el roast beef de entrada, el tagliatelle al ragú (aquí conocido como espagueti a la boloñesa) de plato fuerte y el tiramisú casero de postre, todo esto acompañado de una jarra de vino de la casa. Después de esa buena dosis de carbohidratos es hora de conocer el MAMbo, uno de los museos de arte contemporáneo más cool de Italia. Suele tener muy buenas exhibiciones temporales y en la permanente encontrarás obras de artistas como Giorgio Morandi y Renato Gattuso.

Por la tarde-noche

Antes de que caiga la tarde, y si te da tiempo, aléjate un poco del centro para visitar el Santuario de Nuestra Señora de San Luca, está en la cima de una colina, así que sus vistas son espectaculares.
Si prefieres relajarte, el lugar perfecto para tomar un descanso acompañado de un apperol Spritz es Vetro: un antiguo invernadero convertido en espacio de trabajo con restaurante y bar. Por cierto, está justo frente al Giardini Margherita, uno de los parques más grandes y bonitos de la ciudad. Esto te servirá para abrir el apetito y terminar la noche Trattoria di Via Serra, cuyos tortellinis rellenos de ricotta deberían ser patrimonio cultural. Hay que reservar con tiempo.

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