Cuatro momentos que amamos de la obra de Francisco Toledo
Entre Oaxaca y Ciudad de México descubrió su sensibilidad por el arte. Rufino Tamayo y Octavio Paz lo apoyaron durante sus primeros años. Formó parte de la Generación de la Ruptura, con Manuel Felguérez y Leonora Carrington como compañeros artistas. Su legado no sólo existe como obra, sino también como actos sociales debido a su activismo. Unos lo llamaban chamán; otros, maestro, pero basta mencionar su apellido para saber de quién se trata: Toledo. «El Brujo» de Oaxaca dejó una vasta obra artística, de la cual te compartimos una breve selección.
Por Luis E. Arista
Murciélago (1993)
Cuenta la historia que, en 1993, el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, pidió a varios artistas mexicanos una obra pictórica para formar la colección de arte de la residencia presidencial de Los Pinos. Entre los convocados estuvieron Sergio Hernández, Irma Palacios y Francisco Toledo. 25 años después de la petición original, con Los Pinos convertida en patrimonio cultural del país, Toledo contactó al gobierno para preguntar sobre el paradero y estado de las obras. Así nació «De lo perdido lo que aparezca: 33 visiones de la pintura en México», la muestra que expone, tal y como su nombre lo dice, las obras que se recuperaron de esa colección. Tras la muerte de Toledo, «Murciélago» fue colocada en el vestíbulo de la residencia, con arreglos florales.
Informe para una academia (2005)
En 1917 Franz Kafka publicó «Informe para una academia», un relato sobre Peter El Rojo, un simio que es capturado por los humanos y es obligado a adoptar su comportamiento. Casi un siglo después, Francisco Toledo realizó una serie de grabados con el mismo nombre.
Toledo encontró esta historia autorreferencial. Decía que él no había sido capturado como el mono, pero sí expulsado de su familia para ir a estudiar a Oaxaca cuando era niño. La serie se expuso en 2005 y después no sólo tomó la forma de un libro recopilatorio, sino que también es la historia central del documental El informe Toledo, del director Albino Álvarez (2009).
Papalotes
Es bien sabido que a Toledo le gustaban los papalotes y que habrá hecho alrededor de 400, sobre todo con sus temáticas predilectas: monos, peces, escorpiones, gatos, entre otros. En 2014, tras la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa, el artista plasmó sus caras en papalotes y los voló junto a niños en la entrada del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.
Las piezas de los estudiantes y algunas otras de la serie de Toledo fueron resguardadas por el instituto, fundado en 1988 por el mismo artista.
Duelo (2015)
Hay dos cosas que debes de saber: Duelo no es una obra, sino una de sus últimas exposiciones, y ninguna de sus piezas apareció con cédula informativa. El nombre de la muestra hace referencia al sentir de Toledo sobre la realidad violenta de nuestro país.
Expuesta en la Galería Juan Martín y en el Museo de Arte Moderno de Ciudad de México, Duelo constó de obras de arcilla negra teñidas de rojo, como un homenaje a las víctimas de la guerra, en donde además de sus tradicionales figuras híbridas, aparecieron armas militares y zapatos sin dueños.