Cinco formas de convertir cualquier vacación en una aventura
La definición de «aventura» es muy amplia. Para algunos, significa escalar montañas muy altas o practicar deportes extremos en medio de la naturaleza, para otros, significa explorar barrios emergentes y descubrir un lado auténtico de las ciudades. En lo que sí estamos todos de acuerdo es en la idea de conectar con el destino y sus personas. Por eso, acá algunos tips para que todas tus vacaciones sean una aventura.
Piérdele el miedo a despertarte temprano
Si bien parte de la vacación es descansar, muchos destinos y ciudades tienen actividades mágicas a primera hora de la mañana: como subirte a un globo aerostático para ver el amanecer o hasta ser testigo de una subasta de atunes en el mercado del mar más impresionante del mundo, en verdad a veces vale la pena la desmañanada con tal de vivir la experiencia.
Come como local
Siempre está la opción de contratar a un guía gastronómico para que te dé un recorrido por los puntos donde compran y consumen los alimentos la gente local. Pero también está lo opción de, tal cual, comer en casa de una familia del destino que visitas para probar la sazón auténtica. Pregúntale a alguno de nuestros agentes sobre esta experiencia.
Mezcla relajación y aventura en un mismo viaje
Algunos destinos son mágicos en el sentido de que tienen el balance perfecto entre playas y relajación absoluta… y selva y aventura. Tal es el caso, por ejemplo, de Costa Rica. Lo mismo sucede con Belice, ambos destinos dos en uno. Así pues, aprovechas un par de días para descansar y luego te pones en movimiento.
No siempre necesitas un rumbo
Esto aplica sobre todo en ciudades: no siempre llenes tu agenda de actividades específicas. Caminar una ciudad o recorrerla en bicicleta sin un rumbo definido siempre es la mejor forma de llevarte sorpresas y recuerdos a casa: esa tiendita, ese restaurante, esa cafetería, ese parque fuera del mapa turístico.
Aprovecha para aprender algo nuevo
Guarda un día de viaje para aprender una nueva habilidad única de ese destino: desde tomar una clase para preparar ceviche peruano hasta un taller de cerámica o la artesanía local. Quién sabe: tal vez el resultado de esa aventura se convierte en nuevo hobbie cuando regreses a casa.
Con información de virtuoso.com