24 horas en Suzdal, Rusia
¿Has notado que en muchas muñecas matriushkas aparece el mismo paisaje idílico con casitas de madera, tejados coloridos y cúpulas abultadas? El lugar que inspira esas postales existe y se llama Suzdal, uno de los tesoros arquitectónicos más valiosos de Rusia.
Por la mañana
Si quieres aprovechar al máximo tu estancia te sugerimos tomar un desayuno sustancioso temprano y dirigirte sin preámbulos a conocer los Monumentos Blancos de Suzdal, considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fundado en el siglo XII, el primero de tu lista debe ser el kremlin de Suzdal, una fortaleza de elegantes torres, tejados verdes y amplios jardines. Al interior te vas a encontrar con otra de las joyas blancas de Suzdal, la Catedral de la Natividad, reconocible por sus cúpulas azules con forma de cebolla. Aprovechando tu visita, no dejes de entrar en la Cámara de la Cruz, donde quedarás asombrado por los riquísimos iconos dorados que decoran sus muros. ¿Continuamos el recorrido de palacios y templos? Tu siguiente destino debe ser el Monasterio del Salvador y San Eutimio, que, a diferencia de la Natividad, ostenta remates en tonos verde y dorado. Los profusos murales con escenas religiosas de su iglesia lo hacen merecedor al título de «Capilla Sixtina de Rusia».
¿Ya se acerca la hora de comer? Entonces apura el paso lo más posible para que alcances a conocer el Museo de la Arquitectura de Madera y Vida Campesina, cuyas cabañas, molinos e iglesias de madera te transportarán al escenario de un cuento ruso.
Por la tarde
Las temperaturas más cálidas del mediodía te harán más fácil explorar los espacios abiertos de Suzdal, siendo Torgovaya Ploshchad unas de tus paradas obligadas; si recordar el nombre de este lugar te resulta complicado, entonces memorízalo como «Plaza del Mercado», pues esa es justamente su función. En los costados de la explanada hallarás amplias arcadas de estilo antiguo, debajo de las cuales los artesanos locales ofrecen diversos productos, como cuadros al óleo, textiles y artículos de filigrana. Ya que estás en el mercado no dejes de probar los prieniki: elaborados con harina, mermelada, cardamomo, jengibre y miel, estos pastelillos caseros serán un aperitivo perfecto.
Llegada la hora de almorzar, asegúrate de reservar una mesa en Gostinyj Dvor, nuestro favorito en Suzdal por su decoración que remite a una mansión de campo repleta de antigüedades; por su terraza con flores y vista al centro, así como por la interpretación contemporánea que han hecho de las comida tradicional rusa. Si quieres ir por lo seguro pide su suculento borsch acompañado de pan rústico, aunque nosotros te proponemos ser más osado y degustar la Pulyanka a la Demidov, un plato del siglo XIX que combina carnes de aves, verduras y crema de coliflor. Mantén el espíritu aventurero y pide al mesero que te sugiera algún postre elaborado con rábano picante.
Por la noche
La especialidad etílica de Suzdal se llama meduvokha, un brebaje fermentado a base de miel que sabe tan bien y resulta tan potente como su nombre sugiere. Para saborearlo en todas sus variedades, lo único que debes hacer es volver a Torgovaya Ploshchad (la Plaza del Mercado ¿recuerdas?) y preguntar a cualquiera por Suzdal Mead, un restaurante y bar donde te ofrecerán hasta 10 versiones de meduvokhas servidas en una charola de degustación. Acompañada por encurtidos, la bebida te hará entrar en calor y te dará confianza para salir a disfrutar las frías pero románticas noches de Suzdal. Antes de volver a la cama, cierra la jornada en las orillas del río Kamenka, con una vista de sus monasterios y del cielo colmado de estrellas congeladas.
Joya de una corona
Suzdal se localiza a 200 kilómetros de Moscú, y al igual que Posad, Pereslavl, Rostov, Yaroslavl, Ivanovo, Kostroma y Vladimir, forma parte del Anillo de Oro, una colección de pueblitos encantadores salpicados de cúpulas doradas. Si no cuentas con auto lo mejor será que la conozcas llegando en bus y haciendo escala en Vladimir, que también posee algunos Monumentos Blancos Patrimonio de la Humanidad, como la Puerta Dorada y la Catedral de San Demetrio.