24 horas en Izamal

Conocido como «el pueblo de las tres culturas» por su legado preshispánico, colonial y moderno, Izamal, un pequeño poblado completamente amarillo, es sin duda uno de los destinos con más encanto de México. Esto mezclado con una exquisita gastronomía, lo convierten en un must para todo viajero. En tu visita, esto es lo que no te puedes perder.

Por la mañana

Sal muy temprano desde Mérida, te tomará alrededor de una hora llegar. Una vez ahí, aprovecha la primera mañana para subir hasta la parte alta de la pirámide de Kinich-Kakmó y ver el poblado desde las alturas. Ya de regreso en el centro, el punto de partida suele ser el Convento de San Antonio de Padua, que data de 1549, un fotogénico recinto religioso de herencia franciscana cuya arquitectura resalta con los tonos amarillos. En su interior alberga arte bizantino.

Por la tarde

La hora de la comida es uno de los mejores momentos en Izamal. Aunque no es fácil elegir, nuestra recomendación es Kinich, una vieja casona que sirve recetas de Yucatán, preparada por más de 40 cocineras tradicionales. Empieza con las empanadas de chaya con queso de bola y la sopa de lima. De plato fuerte, la cochinita pibil enterrada (como debe de ser). De postre, el flan con receta de la abuela. Aunque bien podrías pasar el resto de la tarde en la sobremesa, agradecerás ponerte en movimiento.

Por la noche

El resto de la tarde aprovecha cuando baje un poco el sol para descubrir las calles y plazuelas llenas de encanto. Esto lo puedes hacer a pie, a caballo (calesa, como le llaman) o incluso en bicicleta. Esta última opción es nuestra favorita. No olvides adentrarte en los mercados, en donde encontrarás tanto platillos tradicionales (por si te queda un huequito), como los famosos tacos de venado, como distintos tipos de artesanías locales: como joyas hechas con semillas de cocoyol y objetos decorativos de fibras de henequén.

Add a Comment

Categorías